En los últimos años, estamos asistiendo a un aumento del consumo de frutas y verduras debido a la creciente preocupación por disfrutar de una dieta más equilibrada en la que se reduzcan los carbohidratos, grasas y aceites, y se priorice la fibra, las vitaminas y los minerales.
Esto también se ve favorecido porque cada vez más consumidores son conscientes de la necesidad de incrementar el consumo de frutas y verduras en sus ingestas, algo que hemos visto más pronunciado tras la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas.
Como resultado, asistimos a un impulso del interés por productos de mayor calidad y proximidad que conserven todas sus propiedades y nutrientes, además de, por supuesto, su sabor.
Para satisfacer estas necesidades, el consumidor dispone de una amplia oferta de frutas y hortalizas, pero, ¿cuáles son las preferidas por los españoles? ¿Se consume en todas las regiones por igual? Veámoslo con detalle.
Las preferencias del consumidor
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir, como mínimo, 400 gramos de frutas y verduras frescas cada día, lo que equivale a 5 raciones diarias. Sin embargo, un informe elaborado por la Fundación Española de la Nutrición (FEN) apunta que, desafortunadamente, en nuestro país, nos hemos alejado de este objetivo en los últimos años y el consumo de verduras ha disminuido un 40% en los últimos 50 años.
De hecho, el 30% de los españoles no consume la cantidad diaria recomendada de fruta y verdura, tan solo las personas mayores de 65 años se acercan a la cantidad recomendada.
Sin embargo, en los últimos años esta tendencia ha experimentado un ligero cambio hasta el punto de que, de media, cada persona consume 269 gramos de verdura diaria.
En España, y según el estudio elaborado en 2020 por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, las verduras más consumidas en los hogares españoles son los tomates, los pepinos, las berenjenas, los calabacines, los pimientos, las coles y el brócoli.
Además, en lo que a frutas se refiere, los españoles se decantan por las opciones cítricas, como la naranja, los limones, las mandarinas y el pomelo; así como por las frutas exóticas, como los plátanos, el kiwi, el aguacate, la piña y la uva; y, en menor proporción, por las frutas con pepitas como son las uvas, las manzanas y las peras.
Sin duda, una gran variedad gracias a la oferta disponible pero que no se consume igual en todo el territorio español. ¿Cuánta fruta compra un restaurante para un mes en Madrid o en Barcelona? ¿Las opciones existentes para comprar frutas y verduras directamente al agricultor en Galicia o Valencia incentiva su consumo?
En este desigual consumo influyen muchas variables que pueden examinarse con más detalle para equipararlo y también impulsar las opciones de comprar frutas y verduras directamente al agricultor, ya sean clientes de Sevilla, Cantabria o de cualquier otra región.
El consumo de frutas y hortalizas varía, y mucho, en función de cada región. Por ejemplo, en el País Vasco, Cantabria y Galicia es donde más naranjas se consumen, mientras que, Asturias, Galicia y Canarias destacan como las comunidades en las que más plátanos se comen.
Si miramos por comunidades autónomas, el País Vasco supera la media nacional en el consumo de fruta fresca, con 109,5 kilos por persona y año. Por detrás se sitúan Galicia, Castilla y León y Asturias mientras que, en el lado opuesto, Andalucía es la comunidad donde se consume menos fruta fresca, a pesar de que es la principal productora regional de hortalizas con una producción superior a los 6,5 millones de toneladas durante 2019.
Estas diferencias entre comunidades también las vemos en el consumo de verduras. Aragón destaca como la comunidad en la que más hortalizas se consumen, con 17,5 kilos por persona y año, seguida de Cataluña y el País Vasco. Sin embargo, son los asturianos los que tienen un consumo de verduras por debajo de la media española, con 56,88 kilos por persona y año.
Y un dato interesante: según la FEN, los niños y adolescentes son los que menos frutas y verduras consumen, con 241 y 220 gramos de media por persona y día, respectivamente. Esto, unido a que España tiene una de las cifras más altas de Europa en obesidad infantil, pone de manifiesto la necesidad de incentivar el consumo de estos alimentos y reforzar iniciativas como “5 piezas de fruta al día” que mejoren los hábitos para una vida más saludable.
Beneficios para la salud
Junto a este consumo desigual de frutas y verduras en las distintas regiones de España, también asistimos a un pujante interés por los productos frescos, de proximidad y sostenibles.
La preocupación de los españoles por llevar un estilo de vida más saludable conlleva cuidar la alimentación, y el consumo de frutas y verduras frescas contribuye, en gran medida, a llevar esa dieta equilibrada que tanto se ansía.

Los consumidores son cada vez más conscientes de los beneficios que aporta el consumo de frutas y hortalizas de calidad a la salud. Ya no sólo para llevar una dieta equilibrada sino porque sus propiedades nutren a todo nuestro organismo aportando la vitalidad, la fibra y los antioxidantes necesarios, regulando el tránsito intestinal, eliminando toxinas, además de reducir los niveles de colesterol y saciando el apetito, lo que evita el consumo compulsivo de otros productos menos saludables.
Y junto a este creciente consumo de frutas y verduras, también vemos una clara tendencia a su consumo de formas más saludables para aprovechar al máximo sus propiedades.
Según el II Observatorio Greenlovers de Primaflor, un 54% de los consumidores encuestados prefiere el consumo de verduras crudas para conservar sus nutrientes intactos. Un 20% las cocinan al horno o a la plancha, mientras que un 14% se decantan por prepararlas hervidas o cocidas. Tomar verduras en forma de sopas frías o smoothies es otra opción por la que se decantan el 11% de los encuestados.
Un consumidor más responsable

Estamos asistiendo a un cambio de mentalidad hacia un consumo más responsable y evitando la compra de productos que, en muchas ocasiones, su baja calidad los lleva a perecer antes, con lo que acabamos tirando a la basura toneladas de alimentos. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 1/3 de los alimentos producidos en el mundo se pierde o desperdicia. De estos alimentos, las frutas, las hortalizas y los tubérculos suponen entre el 40% y el 50% con las tasas más altas de desperdicio.
Evitarlo y disfrutar de alimentos de calidad está llevando a volver la mirada hacia el campo y los agricultores que cuidan de cada producto para que llegue a la mesa conservando su valor nutritivo y su sabor.
No cabe duda de que aún queda mucho camino por delante, pero cada vez más vemos cómo el consumidor está pasando de valorar la calidad externa de un producto, como su presentación, apariencia, y uniformidad, algo más relevante en los sistemas de autoservicio y grandes superficies, a valorar la calidad interna, es decir, su sabor, aroma, textura, frescura, valor nutritivo, y que estén libres de pesticidas.
En esta elección, los productos de temporada, son cada vez más demandados por los clientes, ya no sólo por su calidad y valores internos, sino también por ser productos de proximidad, contribuyendo también a ese objetivo de respeto medioambiental y a evitar su desperdicio. Como productor agrícola, es importante recordar al consumidor que son frutas y verduras que se deben consumir rápidamente, aprovechando así su máximo esplendor y sus cualidades organolépticas (textura, olor, sabor, apariencia…).
Estacionalidad de los productos frescos
Esta apuesta por los productos de calidad lleva a que los consumidores busquen cada vez más productos preferiblemente de temporada. A pesar de que se han acostumbrado a disponer prácticamente durante todo el año de todo tipo de productos, crece la conciencia de elegir una fruta o verdura de temporada no solo más saludable, sino también más sostenible.
Por eso, es crucial poner en sus manos productos de temporada, más frescos y, por tanto, que conserven todos sus nutrientes ya que el cuerpo necesita unos u otros según la época del año en la que estemos para combatir los agentes externos.
El valor de la calidad
Además, para el consumidor, las frutas y verduras de kilómetro cero – es decir cultivados cerca de donde se van a comer-, se asocian a productos de confianza en el origen, sostenibles, y de calidad, por lo que su consumo seguirá creciendo frente a la oferta en las grandes superficies, que son canales con más intermediarios y con una producción intensiva poco sostenible.
Actualmente, en España, sólo el 0,3% de las ventas son compras directas al productor, pero ante el interés de los clientes por saber qué comen, de dónde procede y quién lo ha cultivado, el producto de proximidad seguirá ganando adeptos en los próximos años.

Según un informe de la consultora Kantar, el 74% de los consumidores españoles prefiere frutas y verduras locales antes que importados, una tendencia que se ha acentuado en la última década y que sigue evolucionando a pasos agigantados. Y es que la gente es consciente de que esta compra de proximidad contribuye positivamente, no sólo a consumir productos más frescos y de calidad, sino también a la economía, fomentando el empleo para la población local, y al medioambiente, reduciendo la huella de carbono.
En este interés por conocer qué comemos, la calidad y el sabor de los productos son características cada vez más valoradas por los consumidores.
Según el estudio anual del Observatorio de frescos de Aldi, realizado junto a la consultora Kantar Worldpanel, en 2020, la calidad seguía siendo el factor más valorado en la compra de productos frescos (59 % de las preferencias), aunque la relación calidad-precio se mantiene en segunda posición (51 %).
La apuesta de mylagro por la proximidad

Ante este creciente consumo de frutas y verduras, y la apuesta por productos de temporada y de proximidad, los agricultores tienen una enorme oportunidad por delante para llegar con sus productos a estos consumidores.
La plataforma mylagro contribuye a acercar la fruta y verdura de los productores a aquellos clientes que buscan la calidad, sabor, aroma, sostenibilidad y proximidad de sus productos, yendo más allá de la tienda física de la esquina.
Los efectos del confinamiento sufrido a raíz de la pandemia de la COVID-19, ha roto con los tabús de muchos consumidores que han dado el paso y, cada vez más, apuestan por la compra de productos frescos a través de Internet. Para muchos productores, la venta online de frutas y verduras se está convirtiendo en un salvavidas para sus negocios, prescindiendo de intermediarios y llevando sus productos a un mercado más amplio.
Pero no vale sólo con ser objeto de deseo del consumidor. A la hora de vender productos frescos online, es preciso contar con una plataforma de venta fiable que permita exponer los productos y gestionar las ventas de forma ágil y sencilla.
En mylagro conocemos muy bien las necesidades de los agricultores y la importancia de poner en manos del cliente, ya sea un consumidor final o un negocio de hostelería, frutas y verduras de proximidad con una entrega rápida, eficaz y en perfectas condiciones.
Para nosotros, estos detalles marcan la diferencia a la hora de llevar productos de calidad del campo a la mesa. Por eso, la plataforma mylagro permite a los agricultores incorporar sus frutas y verduras de calidad y venderlas de forma sencilla a través de una aplicación móvil para estar informado en todo momento, y desde cualquier lugar, de la situación de su negocio, ya de sea de los pedidos que recibe, del estado de los enviados, o de resolver cualquier duda que pueda tener un cliente.
Por su parte, los clientes también se benefician de poder elegir entre una amplia variedad de productos de diferentes proveedores que venden a través de nuestra plataforma frutas y hortalizas de calidad, frescos, de kilómetro cero y, cómo no, de temporada.
Todo ello hace de mylagro el punto de encuentro online de agricultores y clientes para la compra y venta de productos de calidad con los que contribuir a una alimentación saludable y a un mundo más sostenible. ¿Te unes a nosotros?